GRUPO
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10.000 MUJERES VINIERON A AMERICA - ÉPOCA DE LA CONQUISTA
Casi nadie lo sabe, pero de los cerca
de cincuenta mil españoles llegados al Nuevo Mundo en el siglo XVI,
más de diez mil eran mujeres que se aventuraron a cruzar el mar. En
América, hicieron de todo: fundar, gobernar, guerrear, educar y sanar
indígenas, regentar haciendas, mantener virreinatos, sin dejar por ello
de parir, de llevar las riendas de la casa, de ser madres y
esposas cristianísimas y mensajeras
de la cultura y la lengua españolas.
Sin ellas, la conquista de América también habría sido
posible, pero jamás lo habría sido su colonización.
Esta historia olvidada y silenciada por el
machismo español es revisitada y traída hasta nosotros en una muestra «No
fueron solos. Mujeres en la conquista y colonización de América», organizada
por el Museo Naval
de España.
El machismo es la razón por la cual se ha
excluido a la mujer en la historia de la conquista y colonización de América.
La historia ha sido escrita por hombres y la figura femenina siempre
ha estado ausente, porque las crónicas fueron escritas y recopiladas por hombres
en una época en la que se concedía vital importancia a lo masculino. Lo natural
era que la mujer fuera un ciudadano de segunda, por lo que cuando un
cronista quería alabar la acción de alguna mujer escribía que actuaban
varonilmente.
Las más bravas conquistadoras
MENCIA CALDERÓN: Mecía asumió el papel de Adelantada de una expedición
a Brasil, una vez muerto su marido, Juan Sanabria. No contenta con ello, y tras
muchas vicisitudes, al frente de otras cincuenta mujeres, atravesó 1.600
kilómetros de selva a lo largo de seis años
INÉS SUÁREZ: Inés acompañó a Pedro de Valdivia, con el que
vivía a lo largo y ancho de la conquista
de Chile y en la fundación de Santiago de Nueva Extremadura, en cuya defensa se
empleó como el más feroz y decidido de los capitanes. Cruzó el desierto de
Atacama
ISABEL BARRETO: Fue la primera (y la única) mujer que llegó a tener el
grado de almirante de la Armada. Ella misma estuvo al mando, en 1595, de una
osada expedición por el Océano Pacífico en pos de las Islas Salomón. Si las
cosas se ponían bravas, Isabel no dudaba en usar el machete
MARÍA DE ESTRADA: Estuvo al lado de Hernán Cortés en la Noche Triste. Y
no de florero, precisamente. Armada de rodela y espada luchó como uno más, con
tamaña valentía que, según las crónicas, «excedía el esfuerzo de cualquier
varón». Sobrevivió a la matanza
CATALINA DE ERAUSO: se escapó del convento a los quince años disfrazada de
hombre. Tras dar muchas vueltas por España, se alistó como soldado para
combatir en Chile. Alcanzó el grado de alférez, y así pasó a la Historia de
España como la Monja Alférez.
FUENTE: EL
MUSEO NAVAL DE ESPAÑA: MUESTRA
http://www.armada.mde.es/archivo/dirorcun/No_fueron_solos_dossier.pdf